El hombre con el récord de ascensiones al Techo del Mundo, Apa Sherpa, con 21 cimas, no volverá a la montaña, cediendo el testigo a las nuevas generaciones. Por supuesto, Apa, no abandonará el alpinismo.
Alcanzados los 51 años el escalador nepalí anunciaba, hace poco, que se han acabado sus días en el Everest, tras lograr su vigésimo primera cumbre esta primavera como líder de la Eco Everest Expedition. Apa es padre de tres hijos, lo que supone el motivo principal para no regresar a dicha montaña: “Cada vez que subo mi familia se preocupa por mí”, comentaba “Súper” Sherpa en Katmandú. “También deseo que los alpinistas jóvenes tenga su oportunidad. No pienso abandonar las montañas, ya que he invertido mi vida en ellas, pero dedicaré más tiempo a entrenar a nuevos escaladores”.
Apa, que reside en los Estados Unidos actualmente, escaló el Everest por primera vez en 1990: es, a todas luces, una voz autorizada cuando habla de esta montaña, tan mágica como desmitificada. El alpinista dejó algunas palabras sobre los cambios dramáticos que ha sufrido el Everest y sobre el aumento de temperaturas que están convirtiendo la montaña en algo mucho más peligroso para sus pretendientes. “La nieve se está retirando, dejando la roca desnuda, lo que hace que sea mucho más comprometido caminar por ella, por no decir que no tenemos donde clavar nuestros crampones”.
El alpinista ha dedicado sus esfuerzos, en sus últimas cuatro ascensiones, a la preservación del Everest, montaña sagrada para el pueblo Sherpa, descendiendo toneladas de deshechos dejados allí por expediciones menos respetuosas. El último año, además, Apa Sherpa inauguró una fundación dedicada a la educación en las regiones remotas del Himalaya y asegura que parte de su labor desde ahora será lograr fondos para caridad destinados a las áreas menos favorecidas de aquella espina dorsal del mundo, orlada de gigantes y desafíos.
Fuente: revista oxigeno
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