23.4.13

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Polo Sur

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Aprovechando que hoy se celebra el Día Internacional del libro, nos gustaría recomendaros la lectura de  Polo Sur (Editorial Interfolio): una de las grandes epopeyas del siglo pasado, en la que el explorador Roald Amundsen narra en primera persona con todo detalle la expedición que le llevó el 14 de diciembre de 1911 a alcanzar el Polo Sur.

En la narración podemos comprobar cómo Amundsen tenía planificado hasta el más mínimo detalle de su expedición: el campamento base al que llamó Framheim, la vestimenta, que incluía trajes de piel de foca traídos desde Groenlandia, la comida, donde destacamos la importancia que tuvo el penmican, un concentrado hipercalórico, inventado por los indios de Norteamérica, a base de carne o pescado seco molido, bayas desecadas y grasa al que Amundsen incorporó verduras y harina de avena y que podían comer tanto los perros como los expedicionarios,  los animales de tiro, la ruta y de cómo, dónde y cuándo debía instalar los depósitos con alimentos y combustible.

Toda una aventura, que duró casi dos años, en la que con temperaturas de hasta 60 grados bajo cero, un grupo de hombres tuvo que culminar el ataque al Polo Sur arrastrando directamente los trineos, al quedarse sin perros.
Una expedición al límite como indicaba el propio Amundsen, en un anuncio que publicó, cuando reclutaba al resto de héroes, todos excelentes esquiadores, que le acompañaría en su expedición:

«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de total oscuridad. Escasas posibilidades de regresar con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito.»


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