¿Sabemos cómo se han hecho nuestras zapatillas de correr o tus botas de montaña? ¿Sabemos si en ellas se esconden productos tóxicos o explotación laboral de quienes los fabricaron?
Ésta es una pregunta que desde hace mucho tiempo me he planteado. Hace unos años, sensibilizado por varias campañas que promovían el Comercio Justo, dejé de comprar calzado de alguna de las principales marcas internacionales, con el objetivo de aportar mi grano de arena en la lucha de esta gran injusticia o desigualdad.
Lamentablemente, a día de hoy la mayor parte de nuestra ropa y objetos que empleamos en nuestra actividad diaria, están fabricados en países donde la calidad de las condiciones laborales de los trabajadores está más que cuestionada, y muy poco podemos hacer los consumidores.
Aunque ya lleva algunos meses en marcha queríamos hacernos eco de la campaña #CambiaTusZapatos para exigir transparencia.
Una campaña que pretende exigir a la UE que incorpore legislación que obligue a los fabricantes de calzado a facilitar a las personas consumidoras información accesible y completa sobre la forma en que se fabrica el calzado y los posibles productos tóxicos que pueda contener.
#ComercioJusto
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